LA OBLIGACIÓN DE ELEGIR. Artículo de opinión, por Paco Parejo

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Vivimos en un mundo donde es obligatorio elegir pertenecer a una de las dos partes de sistemas binarios.
 
¿Eres del Betis o del Sevilla? ¿Eres del Barça o del Real Madrid? ¿Eres de derechas o de izquierdas? ¿Eres independista o nacionalista? ¿Estás a favor de occidente o de oriente? Y así podemos estar todo el día…
 
Lo malo de estas obligadas elecciones, es que decidas lo que decidas, tienes que asimilar y adoptar «el paquete completo». De lo contrario, te llamarán, peyorativamente, equidistante (RAE: «Estar a la misma distancia»).
 
¿Y no habría alguna manera de elegir aquellos asuntos, pensamientos, actitudes que a cada uno de nosotros nos haga comulgar con nuestros propios pensamientos y sentimientos? La respuesta es NO. O aceptas todo el relato, lo defiendes a muerte y debes sentirte en la obligación de «venderlo» a los demás, o simplemente, estarás fuera, en ese limbo mal visto donde nadie te quiere, si no algo peor.
Parece que tenemos que vivir en esas batallas continuas donde reafirmarnos juntos a nuestros «iguales», en contra de aquellos «insensatos» que no conocen la «verdad»…
 
Y tenemos la «suerte» de tener tooodaaa la información a nuestra mano, para saber que estamos en lo cierto. Si entramos en las redes sociales, veremos como muchas de las «noticias» que recibimos nos da la razón. Y no creo que Google, Facebook, X, etc. tengan nada que ver, al mostrarnos las coincidencias con nuestras búsquedas más habituales… (Modo Irónico: OFF).
 
Ahora lo que se estila es la autocensura. Ya sabes de qué puedas opinar y qué debes callar. Lo políticamente correcto es la razón de ser, si no quieres verte abocado a la más oscura espesura de la niebla social.
 
Y después están las incongruencias. Por un lado defendemos tal cosa, mientras no nos afecte a nosotros. Apostamos por tal idea, siempre que nos veamos beneficiados (quizás a costa de otros). Queremos aumentar nuestros derechos, siempre que no afecte a nuestras obligaciones…
 
Y en esto, las noticias de los medios, la política, las grandes corporaciones, nos «ayudan» a saber cuál es el camino «correcto» (dependiendo del lugar del mundo donde vivas). Ten la seguridad de que tu bando es el correcto. Los otros siempre estarán equivocados. (Lo malo es que a los «otros» les cuentan lo mismo…)
 
La última pregunta pudiera ser: ¿quién sale beneficiado, en última instancia, de todo esto?
 
 
 

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